LA TROMPETA EN LOS ÓRGANOS DE GRAN CANARIA
Sebastián GilTrompetista / Sergio AlonsoÓrgano
La trompeta en los órganos de Gran Canaria
El proyecto de grabar este CD surge después de valorar la importante iniciativa de la consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria de restaurar muchos de los órganos que hay en la isla. Nos planteamos dejar constancia de la calidad sonora de estos instrumentos y buscamos un repertorio adaptado a sus características, a sus diferentes acústicas, a sus diferentes temperamentos y a la época en la que fueron construidos.
También hemos querido mostrar la relación histórica entre la trompeta y el órgano, una combinación que ha aumentado su popularidad a lo largo de la historia de la música hasta ser considerada una formación musical estable.
El número de recitales públicos, así como el número de grabaciones y su basto repertorio, confirman el gran éxito de esta combinación. Este trabajo también resalta la figura de dos compositores que tuvieron relación directa con algunos de los órganos seleccionados. El compositor canario Agustín Millares Torres (1826-1896) con la Parroquia de Santo Domingo de Las Palmas y el francés Camile Saint-Saëns (1835-1921) con la Parroquia de Santiago de los Caballeros de Gáldar. Curiosamente estos dos compositores mantuvieron una relación muy estrecha durante las estancias que Saint-Saëns pasaba en Gran Canaria.
Los órganos en los que se ha desarrollado esta grabación han sido los ubicados en:
Parroquia de Santo Domingo de Las Palmas.
Parroquia de San Vicente Ferrer de Valleseco.
Parroquia de Santiago de los Caballeros de Gáldar.
Auditorio Alfredo Kraus.
La trompeta y el órgano
El repertorio para la formación de trompeta y órgano se originó en los siglos XVII y XVIII. Se inició con la trompeta barroca. Este instrumento se caracteriza particularmente por su espectro melódico, que se compone exclusivamente de tonos naturales. Así, el período de este instrumento terminó con la introducción del cromatismo durante las primeras décadas del siglo XIX, esto condujo a la invención del pistón en la trompeta. Al mismo tiempo, se introdujo un cambio fundamental en el carácter de la interpretación musical: la relación libre, habitual en el barroco, entre la música escrita y la libertad del intérprete para embellecer e improvisar, se desvaneció hacia el final del siglo XVIII en favor de una expansión de la composición tonal.
Son muchos los autores (Cassone,2002; Conforzi,1997; Tarr,1999,2008) que datan el origen de esta popular combinación instrumental en el histórico concierto celebrado en Roma en el año 1634 bajo el auspicio del Cardenal Borghese. El trompetista G. Fantini y el organista G. Frescobaldi ofrecieron
un concierto considerado como el primero en la historia de la música para trompeta y órgano.
“En el verano de 1634 Fantini participó junto a Girolamo Frescobaldi, organista de San Pedro en Roma, en un histórico concierto en las salas del Cardenal Borghese: fue probablemente el primer concierto en la era moderna para la ahora tan popular combinación de trompeta y órgano”, Tarr (1999, p.112).
Girolamo Fantini publicó varias sonatas para trompeta y órgano en su tratado “Modo per imperare a sonare di tromba”. Cuarenta años después Giovanni Buonaventura Viviani publicó dos sonatas para esta misma formación y en el siglo XVIII Ludwig Krebs, alumno de Johann Sebastian Bach, escribió seis preludios corales y una Fantasía para trompeta y órgano. Para algunos musicólogos resulta
sorprendente que no haya habido en el periodo barroco mucho más repertorio original para trompeta y órgano en contraposición con la gran cantidad de piezas para trompeta y orquesta. Es difícil explicarlo, excepto tal vez por el hecho de que los organistas eran generalmente contratados por la iglesia, y los trompetistas pertenecían a las cortes y ciudades. Es sabido que no hay prácticamente ninguna obra para esta combinación de instrumentos en el S. XIX, pero en el transcurso del S.XX un gran auge comenzó que continúa hasta nuestros días.